jueves, 13 de agosto de 2009

No me grites.




No me grites te lo pido, asustás al mar.
No me grites me da miedo
No me grites me da frío.
Los gritos me lastiman,
los gritos contaminan.
No me grites que no te escucho,
la sonrisa se me apaga,
y se va a dormir angustiada, en el agua.
No golpees fuerte la puerta,
el corazón tiembla latidos
No me grites que ya no siento
y eso me pone triste.
Me duelen los oídos, y llamo a la lechuza
esa que hace silencio, y no me escucha,
porque tus gritos tapan.
Porque vivo bajo el agua.
Los gritos contaminan,
los gritos lastiman.
Yo te quiero, pero hacés daño.
Pero yo se que se te va a pasar.
No grites, no grites. Escuchá.

viernes, 7 de agosto de 2009

Incomodidad.

El solo hablar me hace incomodar. Sabias palabras que llegan de esas bocas ajenas a mi corazón. Puro. El otro que siento cuando veo y escucho.
Dios a veces suele estar lejos me digo, pero cuando escucho las voces de los árboles una energía me transmite. Palabras de locos, extraños, estoy en casa y respiro.
Cuando te duele la garganta y se te hace el nudo ese, voy corriendo a los brazos de mi limonero y le digo, estoy en casa.
Extrañas palabras le pido y después incómodas palabras transmito. Distinto idioma.
Si el nudo de la garganta son palabras que no pueden salir, mías, verdaderas, entonces
sólo salen palabras que me hacen incomodar.